PABLO ALLISON

El graffiti es para gente ‘normal’…

El graffiti es para gente ‘normal’…

Han pasado más de dos décadas desde que me percaté de la primera firma en una pared por mi casa cuando prácticamente no había rastro de pintura en los muros de la ciudad. De hecho, recuerdo que solo imperaba (y hasta la fecha) en las calles, propagandas de marcas y partidos políticos como el PRI, PAN, PRD etc. promocionando mentiras.

No comprendía porque o con que fin podía alguien pintar su firma o ‘tag’ como se le conoce en ingles, en una muro. Sin referencia alguna del graffiti neoyorquino, o de saber que lo que me llamaba la atención se llamaba graffiti, me fascinaba verlo. Observar la existencia de nombres en las paredes pintadas con aerosoles de colores se antepuso a mi anhelo de llegar a ser un futbolista profesional de la premier league de Inglaterra.

Hoy día analizo el graffiti desde dentro y desde afuera como fotógrafo. 
Es muy curioso ver como esta practica mueve a personas que se dedican en cuerpo y alma a hacer cosas inimaginables con el fin de plasmar sus nombres en superficies de todo tipo y en diversos espacios, dando lugar a afirmar su existencia en este mundo.

La pasión que motiva a cada individuo a promover su nombre, en ocasiones, por el mundo entero sabiendo el riesgo que implica es algo único que caracteriza a esta manifestación artística.

Muchas veces dicha expresión está estigmatizada y vinculada al crimen, vandalismo, o a niños sin nada que hacer etc. y los graffitis se le atribuyen a personas pertenecientes a un nivel socioeconómico bajo.

Contrario a otras expresiones artísticas, el graffiti es diverso e incluyente. Lo mismo lo puede hacer una persona proveniente de una familia aristocrática en Paris, Francia, así como una joven de uno de los barrios más pobres y violentos de Caracas, Venezuela.

He conocido personas dedicadas al graffiti (ilegal en su mayoría) donde sus vidas profesionales van desde trabajos como ejecutivos de bancos, funcionarios de gobierno, académicos, empresarios, artistas con trascendencia internacional, hijos de directores de cine, gente vinculada con las altas esferas de la realeza británica. Policías, militares, doctores, etc. Otros que laboran dentro de trabajos de menor rango pero que tiene un perfil muy alto dentro del graffiti a nivel mundial, y se convierten en ‘alguien’ para otros; y por supuesto, los que se dedican a actividades ilícitas solamente para poder financiar su pasión por el graffiti.

La vida de un escritor de graffiti no es tan sencilla como parece. Cuando, por ejemplo, un transeúnte observa algún muro pintado en la calle, es probable que no tenga conocimiento de todo lo que implicó hacerlo.

Las complicaciones van desde la planeación para salir a pintar, el gasto que involucra obtener el material, la responsabilidad de priorizar el graffiti sobre el trabajo profesional, la familia o los amigos, las noches caminando por las calles etc. Los desvelos. Casi siempre se vive de noche y de día al mismo tiempo, solo durmiendo un par de horas para empezar la mañana de manera ‘normal’.

Otro aspecto a destacar es que en países donde el estado de derecho si se cumple a cabalidad, es aceptado por muchos escritores de graffiti que en algún momento se enfrentarán a una investigación judicial por parte de las autoridades y subsecuentemente, serán detenidos. Despues del arresto, será puesto a disposición de las autoridades correspondientes y finalmente corre un alto riesgo de ir a la cárcel para purgar sentencias condenatorias de hasta 5 o mas años como ha sido el caso en ciertos países.

En síntesis, es una expresión urbana que conlleva a implicaciones legales o de riesgos físicos muy altos. Las y los escritores de graffiti pueden ser arrestados como antes mencionaba, pueden ser heridos de bala o asesinados por la policías o civiles (como ha sucedido), involucrarse en pleitos con otros escritores de graffiti o perder muchas cosas en la vida.

Un aspecto fascinante, como anteriormente mencionaba es el hecho de que hay escritores de graffiti que harán todo lo posible para generar recursos económicos, sencillamente para viajar por el mundo con el fin de pintar sistemas de transporte colectivo o las calles de ciudades importantes.
Posiblemente el Louvre no esté entre sus prioridades cuando viajen a París, o pasará desapercibida la estatua de la libertad en Nueva York, iqué más da! Lo que importa es visitar ese túnel de Brooklyn donde guardan el metro y que ha sido pintado por casi 50 años. Caminar por los túneles de París y observar los tags que llevan años plasmados en las paredes. O bien, dejar el hotel una noche para pintar las calles de la capital Italiana y al día siguiente regresar a la normalidad como si nada hubiera pasado la noche anterior.

Así transitan las vidas de personas que funcionan de día y viven de noche. 
Su pasión por el graffiti los llevará a lugares insospechados, a conocer gente y culturas ajenas a la suya, a caminar las calles frías y obscuras de la ciudad de Mexico a las 3 de la mañana… El graffiti es para gente normal que va por el mundo creando amistades de por vida, para personas que les gusta explorar lugares prohibidos, para aquel joven que viaja de Guatemala a Colombia con 100 dolores en la bolsa y se las arregla para sobrevivir ahí 3 meses. Para el que viaja de Finlandia hasta el continente Americano sin hablar español con el fin de pintar todos los metros de las principales ciudades, y que en su trayectoria como artista decide quitarse la vida en el lugar mas sagrado para el, las vías del tren.

El graffiti también es para persona normales que viven bajo el temor de ser asesinadas por pintar un muro en alguna zona de Guatemala, El Salvador u Honduras dominada por la MS13 o la 18st.

El graffiti está inventado para la chica que, por su género es discriminada o acosada por los hombres que la ven inferior y no valoran su trabajo.

Esta expresión esta diseñada para personas que dejan su lugar de comfort en alguna tranquila y bella ciudad Suiza para pintar el metro de Singapur, son arrestados y uno de ellos logra escapar y ser buscado por la Interpol mientras que su compañero es condenado a un par de años de cárcel y golpeado con un palo todas las mañanas.

Dichas personas aprenden a existir y a borrar sus problemas cuando se trata de plasmar sus ideas en algún superficie, dejan la monotonía y por un rato son libres otra vez…

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